En mis clases de francés ya utilizo pequeñas actividades de autoevaluación, sobre todo al finalizar tareas orales o escritas.
Lo que me funciona bien es pedir al alumnado que valore, en una escala sencilla, su pronunciación, uso del vocabulario nuevo y comprensión del enunciado.
Por ejemplo, en 2º de la ESO con el vocabulario de las partes de la casa y sus muebles. Esto les ayuda a tomar conciencia de sus propios progresos.
Para mejorar estas actividades, podría ofrecer modelos más claros de referencia: rúbricas visuales, (por ejemplo la del puzle), ejemplos de buenas respuestas o audios modelo. Creo que eso les permitiría ser más precisos y hacer una autoevaluación más realista.