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La Argumentación

¿Qué son los textos argumentativos?

Definición: tipo de texto que tiene como finalidad defender una idea o una opinión aportando razones. La intención última de estos textos es la de convencer o persuadir a quien los lea o escuche; asimismo, mediante el razonamiento se intenta influir en las actitudes o comportamiento del receptor.

Los elementos de un texto argumentativo son:

  • Tesis: opinión que se defiende, de la que se quiere convencer al receptor.

  • Argumentos: razones que sostienen esa opinión.

¡Atención!: es importante distinguir los textos argumentativos de los expositivos, pero a veces no resulta sencillo, puesto que las buenas argumentaciones deben ser capaces de exponer hechos objetivos contrastables que avalen su tesis. La principal diferencia es sin duda, la intención comunicativa: cuando producimos textos argumentativos, por muy objetivos que sean o parezcan, siempre buscaremos convencer al interlocutor de nuestra postura;  por el contrario, los textos expositivos solo pretenden difundir información veraz y objetiva, sin transmitir la opinión personal del emisor.

Rasgos generales

Convencer a los demás no es nada fácil, hay que saber hacerlo. Diríamos que argumentar bien es uno de los verdaderos superpoderes que puede desarrollar una persona: la característica inequívoca de un líder capaz de atraer a otros hacia su objetivo. En efecto, tenemos dos únicas formas de ganar batallas: con la fuerza o con la palabra. Si solo usáramos la segunda, el mundo sería mejor.

Se da la paradoja de que para persuadir de mi opinión subjetiva sobre un tema, debo lograr transmitir la mayor sensación de objetividad a mi interlocutor. Por lo tanto, argumentar bien, además de ser un superpoder imprescindible, es todo un arte. Y, para dominarlo, debemos tener en cuenta los siguientes rasgos característicos:

  • la subjetividad, porque buscamos convencer al otro de nuestra opinión.

  • la objetividad, porque debemos fundamentar nuestra opinión con argumentos sólidos que proyecten imparcialidad. 

  • la coherencia de una estructura organizada en introducción, argumentación y conclusión.

  • la cohesión, sobre todo mediante el uso de conectores diversos que expresen apropiadamente las relaciones de causa, consecuencia, etc.

Subjetividad objetiva

Los textos argumentativos son subjetivos porque su intención es persuadirnos de la opinión de su autor. Pero, por otro lado, para que esa opinión resulte convincente, debe estar bien fundamentada con argumentos imparciales.

¿Cómo se expresan la subjetividad y la objetividad?

Las marcas clave de la subjetividad son, sin duda, el uso de la primera persona, de expresiones valorativas y de lenguaje connotativo. Si la primera persona es del plural, además de subjetividad, encontramos apelación al lector. 

Por el contrario, la objetividad exige el uso de  la tercera persona, las fórmulas impersonales y el lenguaje denotativo. Para resultar objetivo, es preciso borrarnos del texto, eliminar nuestro yo para dejar claro que la fuente de lo que en él se dice es externa y, por tanto, imparcial. 

Coherencia (Estructura)

Un texto argumentativo completo puede ser un breve párrafo, un vídeo de cinco minutos de un influencer o un ensayo de cientos de páginas: la extensión es un rasgo absolutamente variable en ellos. Sin embargo, para lograr claridad y contundencia en nuestra argumentación, será fundamental que su estructura sea coherente y ordenada.

Como en cualquier texto, de forma amplia y general, lo organizaremos con una introducción al tema y/o a la tesis (nuestra postura), seguido del desarrollo de los argumentos y cerraremos con una conclusión que refuerce nuestra tesis.

Veamos las tres partes en detalle.

         

Cohesión

Si la estructura coherente de las grandes partes e ideas del texto argumentativo es importante, no lo es menos el correcto uso de conectores, puntuación y léxico.

Conectores

Los textos argumentativos son muy ricos y variados en recursos, puesto que en ellos converge el uso de figuras retóricas, de fórmulas para la subjetividad y la objetividad y de multitud de de modalidades textuales: exposición, narración, descripción y, por supuesto, argumentación. Teniendo presente lo anterior,debemos dominar todo el abanico de conectores para ayudarnos a expresar esta riqueza. Utiliza esta infografía para tener una amplia selección de ellos a mano cuando argumentes.

Puntuación

El buen uso de la puntuación es esencial para expresarte en textos escritos.

En términos generales, debemos tener cuidado de no hacer frases demasiado largas en las que se pierda el hilo, ¡no tengas miedo de utilizar el punto y seguido!

En todo caso, el uso de frases largas y cortas también puede tener efectos retóricos y expresivos.

Léxico

Debes ampliar, cuidar y variar mucho el vocabulario. Primero, porque siempre hay que aspirar a la máxima precisión. Pero también porque la primera regla de la buena expresión es no repetir palabras. Para evitarlo puedes recurrir a mecanismos de sustitución. 

Con ellos no solo evitarás repetir palabras y enriquecer tu expresión, sino que ayudarás a mantener el hilo de la lectura sin que se pierda nunca la idea de lo que hablas.

Debemos dejarle claro al interlocutor de qué tema vamos a hablar y dónde reside la controversia en torno a él. También podemos posicionarnos afirmando nuestra tesis o, por el contrario, no revelarla hasta más adelante. Dependiendo de esta decisión, nuestro texto puede ser:

  • Deductivo: se lanza la tesis al inicio y, a continuación, se deducen sus argumentos.

  • Inductivo: no se desvela la tesis desde el comienzo, sino que se va argumentando para inducir al lector a la idea final, que será la tesis.
  • Encuadrado: tesis → argumentos  → tesis

El cuerpo central debe ser el desarrollo de la argumentación. Se trata de un proceso complejo e importante porque argumentar bien exige pensar bien. 

No es fácil pensar en argumentos de peso sobre un tema. Hace falta documentarse, pararse a reflexionar y, sobre todo, tener una actitud abierta para contemplar pros y contras de toda su escala de grises. No solo nos será enriquecedor, sino muy necesario ponernos en la piel de quien tenga ideas distintas a las nuestras para comprenderlas, aceptar quizá una parte de ellas y refutar otra parte. Todo ello contribuirá a mejorar nuestra argumentación.

El final de un texto tiene que dejarle claro a su receptor cuál ha sido la idea clave del mismo y servir de cierre. En el caso de los textos argumentativos, tanto si hemos expuesto o no nuestra tesis antes, un fórmula idónea para elaborar la conclusión es hacer una síntesis de ideas y reafirmar tu postura.

Los médicos me dijeron que guardase reposo →

  • Sinónimos: Los doctores me dijeron que guardase...
  • Hipónimos: Los cardiólogos me dijeron que guardase reposo.
  • Hiperónimos: El personal sanitario me dijo que guardase reposo.
  • Otras formas de referirnos a lo mismo: Aquellos hombres me dijeron que guardase reposo
  • Pronombres: Ellos me dijeron que guardase reposo.
  • Elipsis: Me dijeron que guardase reposo.
  • Otras formas de expresar la oración completa: En el hospital me recetaron descanso. Etc.

Recuerda

Tipos de argumentos

En un texto argumentativo es esencial utilizar argumentos lógicos y perfectamente estructurados para poder defender la tesis y conseguir convencer al receptor de lo expuesto en el discurso.

Estos son algunos de los tipos de argumentos más habituales:

Argumento de ejemplificación

Se basan en hechos reales concretos que apoyan o refutan la tesis.

  • El metro en hora punta está masificado, basta observar las largas colas que se forman en las entradas a las estaciones más concurridas.

Argumentos de datos objetivos

Se fundan en citas, fechas, o hechos probados reales que no dependen de la persona que argumenta. Es importante citar sus fuentes.

  • El metro en hora punta está masificado; según la encuesta publicada por el CIS en marzo de 2021 uno de cada dos viajeros espera más de diez minutos en la cola para entrar a la estación.

  • El 85% de nuestros clientes prefieren los envíos por mensajería, así que es necesario contratar una empresa logística que lo gestione.

Argumentos de autoridad

Se apoyan en la opinión de personalidades o instituciones de nombre reconocido que los avalen mediante citas, directas o indirectas. También pueden ser autoridades de una materia personas normales expertas en el tema.

  • Argumento con una cita directa de una personalidad: El éxito es fruto del trabajo duro. Como dijo el gran Thomas Alba Edison, "el genio tiene un 1% de inspiración y 99% de transpiración".

  • Argumento con una cita indirecta de un experto: Según el panadero de mi barrio, el pan se digiere mejor cuando es de trigo integral. La asociación americana del corazón afirma que hacer ejercicio diario es bueno para el corazón, así que promovamos el deporte en los colegios,

Argumentos de la mayoría

Son convenciones sociales ampliamente aceptadas en un determinado contexto.

  • Todo el mundo sabe que la violencia de cualquier tipo es mala, por lo que debemos evitarla a toda costa.

Argumentos de causa

Establecen una relación causal entre los hechos.

  • La temperatura media de la Tierra ha aumentado un grado en las últimas décadas, por lo que los polos han comenzado a derretirse.

  • La ciencia ha probado la relación entre el tabaquismo y una menor esperanza de vida. Por tanto, si fumas, tienes más probabilidades de morir más joven que si no lo haces.

Argumentos de experiencia personal

Son muy similares a los anteriores; al ser experiencias personales, es difícil ponerlas en duda, pero no aportan objetividad. Sin embargo, resultan muy efectivos para persuadir al receptor.

  • El metro en hora punta está masificado, cada mañana hago cola durante diez o quince minutos solo para entrar en la estación.

  • No te recomiendo ese restaurante; estuve la semana pasada y no me atendieron bien.

Argumentos de tipo emocional

Apelan a los emociones y a los sentimientos para convencer. A veces las imágenes emotivas impactan más que los datos fríos. Pensemos en la fuerza de estos dos argumentos:

  • En España, uno de cada cinco menores es víctima de violencia de género contra su madre. No podemos permitirlo. (Argumento de datos objetivos)

  • No podemos permitir que ningún niño, como Ana e Xavier, de siete y cinco años respectivamente, quede huérfano tras presenciar el asesinato de su madre en manos de su padre. (Argumento emotivo). ¿Hay alguien con tan pocos escrúpulos que pueda defender el maltrato animal?

Argumentos de refutación

Consisten en exponer y desmontar argumentos contrarios. Con ellos fortalecemos enormemente nuestra postura.

  • Efectivamente, darles un smartphone personal a adolescentes que comienzan a ir solos al instituto tiene algunas ventajas importantes para los padres, puesto que les aporta seguridad. Sin embargo, se puede optar por móviles con línea telefónica y sin acceso a internet, que eviten a nuestros hijos circular solos por ese espacio virtual tanto o más peligroso que las calles del barrio.

4. Argumentos, sí; falacias, no

Ya hemos visto que todo texto argumentativo plantea varias razones para defender la tesis, pero no vale todo. A veces, las razones no son sólidas o no están bien fundamentadas. Es lo que se conoce como falacias. Presta atención a la siguiente presentación donde se explica muy bien.

Presentación sobre falacias

Ahora que ya sabes qué es un argumento y una falacia, ¿serías capaz de distinguirlos? Vamos a probar con un juego: el “Memory de las razones” 

Lectura facilitada

Todos los textos argumentativos tienen varias razones 

para defender la tesis.

A veces, hay razones que no son válidas.

A estas razones les faltan explicaciones 

que justifiquen que son verdaderas.

Se les llama falacias a este tipo de razones inválidas.

Mira con atención la siguiente presentación.

Presentación sobre falacias

Ya sabes lo que es 1 argumento y 1 falacia.

¿Eres capaz de distinguir argumentos y falacias? 

Ponte a prueba con el siguiente juego:

Apoyo visual

Instrucciones para realizar actividad grupal dos de la fase cuatro

Tipos de textos argumentativos

Los textos argumentativos se emplean tanto en la comunicación oral, como en la escrita. Son muy habituales en la vida diaria. Entre la gran variedad de textos argumentativos que podemos encontrar, estos son los más habituales (Pulsa para ver los distintos tipos):

          

Recordad que también se utiliza esta tipología textual en debates, coloquios, foros, blogs... y en la publicidad (para convencer a los consumidores de las ventajas de un producto o de una acción).

Los ensayos reflejan la opinión y las ideas de un autor sobre un tema determinado. El vocabulario y el estilo dependerán del tema que se trate (filosófico, científico, literario, musical, histórico...).

Los ensayos reflejan la opinión y las ideas de un autor sobre un tema determinado. El vocabulario y el estilo dependerán del tema que se trate (filosófico, científico, literario, musical, histórico...).

Como ya sabes, la argumentación se emplea en diversos escritos de tipo periodístico. Tres son los principales:

  • Los artículos de opinión: el autor expone sus ideas sobre determinados temas o acontecimientos de la actualidad con el objetivo de influir en los lectores. Va firmado.

  • Los editoriales: Expresan la opinión del periódico; no van firmados. A través de ellos conocemos la ideología del periódico.

  • Las cartas al director: los lectores son los que transmiten su punto de vista: alaban, denuncian o dan simplemente su opinión sobre un artículo publicado con anterioridad o sobre un hecho de actualidad. Deben ser breves y tienen que estar firmadas, incluyendo el carné de identidad de quien las escribe.

La argumentación se emplea a diario en multitud de escritos de tipo administrativo. Dos son los principales:

  • La instancia: se emplea para solicitar algún servicio en la Administración.

  • La reclamación: se emplea para protestar sobre un hecho concreto ante un organismo.

Con los discursos políticos se pretende que la gente conozca un programa político o que vote a un determinado partido. La estructura del discurso se adapta a la sociedad, momento histórico y a la cultura del país donde se pronuncia.

El lenguaje de los textos argumentativos

Como estamos viendo, los textos argumentativos buscan convencer al receptor. Esto se consigue a través de algunos procedimientos lingüísticos:

  • Empleo abundante de conectores causales, consecutivos, de oposición, de reafirmación...

  • Empleo de expresiones de opiniónen mi opinión, considero que, opino que...

  • Abundancia de oraciones interrogativas, exclamativas e exhortativas para implicar más al receptor y enfatizar los argumentos.

  • Uso de formas verbales de primera persona del singular y del plural, así como la tercera con sentido de segunda persona para conseguir la implicación del receptor.

  • Abundancia de adjetivos valorativos y de juicios de valor.

  • Uso abundante del presente histórico.

  • Empleo de metáforas, comparaciones e ironías.

  • Empleo abundante de citas y preguntas retóricas.