1. Las inversiones

Gracias al ahorro disponemos de dinero para objetivos concretos o para un fondo de emergencia. Mientras no los usemos podemos tratar de sacarle rentabilidad. Es entonces cuando aparece el término inversión.

Una Inversión es el uso que se da al dinero con ánimo de conseguir a cambio más dinero en el futuro.

 Características del ahorro y la inversión.


1.1 Clasificación de las inversiones

Es posible clasificar todas las inversiones de acuerdo con los siguientes criterios:

·        Liquidez. Entendiendo como tal la capacidad de una inversión de convertirse en dinero. Las inversiones con alta liquidez interesan cuando el inversor quiere tener a mano el dinero.

·        Seguridad. El riesgo de cualquier inversión es la posibilidad de conseguir menos dinero del esperado, e incluso perderlo. Cuanto menor es el riesgo más seguro es un producto y viceversa.

·        Rentabilidad. Se trata de la capacidad de generar beneficios adicionales sobre la inversión inicial.

 


Existe una relación inversa entre rentabilidad y liquidez o seguridad: a mayor liquidez o mayor seguridad, menor rentabilidad y viceversa.

Si un inversor quiere disponer de un fondo de emergencia son preferibles la liquidez y seguridad a la rentabilidad. Pero la rentabilidad que se obtenga tampoco debe ser tan baja como para que no compense realizar la inversión. Encontrar el equilibrio entre los tres criterios dependerá del perfil y las necesidades de cada inversor.

 

1.2  Valores de renta fija

Los productos de renta fija pagan una rentabilidad establecida de antemano y devuelven el dinero invertido en un plazo determinado. Se los denomina popularmente deuda pública porque las principales emisiones las realizan los organismos públicos y, más concretamente, la Administración Central del Estado. Las comunidades autónomas también pueden emitir este tipo de valores, pero son menos frecuentes y se trata de inversiones más arriesgadas, en la medida en que las garantías de pago pueden proporcionar una comunidad autónoma son menores que las que puede aportar el Estado.


1.2 Valores de renta variable

A diferencia de la renta fija, la renta variable no ofrece una rentabilidad preestablecida y el plazo de la inversión es indeterminado. Quien compra acciones se convierte en socio propietario de una empresa o negocio y, en consecuencia, no existe un plazo de devolución asociado al dinero que invierte. A cambio de la aportación de dinero, el inversor adquiere derechos de gestión en la empresa y en el reparto de dividendos (beneficios) cuando los haya.

Las acciones son títulos representativos del porcentaje de propiedad de una empresa que dan a su poseedor derechos económicos y de gestión.

Un accionista tiene dos formas de obtener rentabilidad con su inversión. La primera a través del reparto de dividendos (beneficios) y la segunda consiste en vender las acciones por un precio mayor al de su compra. No obstante, la rentabilidad que pueda obtener es incierta por dos razones:

·        El reparto de dividendos depende de la marcha de la empresa.

·        El precio de mercado de las acciones varía en la Bolsa.

Y como tanto la marcha de la empresa como las variaciones en Bolsa son impredecibles, se dice que la renta variable es una inversión de riesgo.

 

1.3 Fondos de inversión

Todas las inversiones, incluso las garantizadas por los Estados, tienen su riesgo. Es por ello que existe un tercer producto que trata de minimizar el riesgo repartiendo el dinero entre distintas combinaciones de valores de renta fija o renta variable: los fondos de inversión. Así, un ejemplo de renta fija podría ser un fondo de inversión que combinara renta fija española, francesa y alemana. Un ejemplo de renta variable podrían constituirlo un fondo de inversión que combinara acciones de La Caixa, Repsol y Movistar, etc.

Las alternativas dependerán del riesgo que quiera asumir el inversor,  pero para reducir aún más el riesgo, algunos de estos fondos garantizan total o parcialmente lo invertido hasta una fecha pactada.