La salud financiera
| Sitio: | IES Politécnico de Vigo - Aula virtual |
| Curso: | ECONOMÍA 4º ESO Ana |
| Libro: | La salud financiera |
| Impreso por: | Usuario convidado |
| Data: | martes, 25 de novembro de 2025, 6:26 AM |
Descrición
1. Las inversiones
Gracias al ahorro disponemos de dinero para objetivos concretos o para un fondo de emergencia. Mientras no los usemos podemos tratar de sacarle rentabilidad. Es entonces cuando aparece el término inversión.
Una Inversión es el uso que se da al dinero con ánimo de conseguir a cambio más dinero en el futuro.
Características del ahorro y la inversión.
1.1 Clasificación de las inversiones
Es posible clasificar todas las inversiones de acuerdo con los siguientes criterios:
· Liquidez. Entendiendo como tal la capacidad de una inversión de convertirse en dinero. Las inversiones con alta liquidez interesan cuando el inversor quiere tener a mano el dinero.
· Seguridad. El riesgo de cualquier inversión es la posibilidad de conseguir menos dinero del esperado, e incluso perderlo. Cuanto menor es el riesgo más seguro es un producto y viceversa.
· Rentabilidad. Se trata de la capacidad de generar beneficios adicionales sobre la inversión inicial.
Existe una relación inversa entre rentabilidad y liquidez o seguridad: a mayor liquidez o mayor seguridad, menor rentabilidad y viceversa.
Si un inversor quiere disponer de un fondo de emergencia son preferibles la liquidez y seguridad a la rentabilidad. Pero la rentabilidad que se obtenga tampoco debe ser tan baja como para que no compense realizar la inversión. Encontrar el equilibrio entre los tres criterios dependerá del perfil y las necesidades de cada inversor.
1.2 Valores de renta fija
Los productos de renta fija pagan una rentabilidad establecida de antemano y devuelven el dinero invertido en un plazo determinado. Se los denomina popularmente deuda pública porque las principales emisiones las realizan los organismos públicos y, más concretamente, la Administración Central del Estado. Las comunidades autónomas también pueden emitir este tipo de valores, pero son menos frecuentes y se trata de inversiones más arriesgadas, en la medida en que las garantías de pago pueden proporcionar una comunidad autónoma son menores que las que puede aportar el Estado.
1.2 Valores de renta variable
A diferencia de la renta fija, la renta variable no ofrece una rentabilidad preestablecida y el plazo de la inversión es indeterminado. Quien compra acciones se convierte en socio propietario de una empresa o negocio y, en consecuencia, no existe un plazo de devolución asociado al dinero que invierte. A cambio de la aportación de dinero, el inversor adquiere derechos de gestión en la empresa y en el reparto de dividendos (beneficios) cuando los haya.
Las acciones son títulos representativos del porcentaje de propiedad de una empresa que dan a su poseedor derechos económicos y de gestión.
Un accionista tiene dos formas de obtener rentabilidad con su inversión. La primera a través del reparto de dividendos (beneficios) y la segunda consiste en vender las acciones por un precio mayor al de su compra. No obstante, la rentabilidad que pueda obtener es incierta por dos razones:
· El reparto de dividendos depende de la marcha de la empresa.
· El precio de mercado de las acciones varía en la Bolsa.
Y como tanto la marcha de la empresa como las variaciones en Bolsa son impredecibles, se dice que la renta variable es una inversión de riesgo.
1.3 Fondos de inversión
Todas las inversiones, incluso las garantizadas por los Estados, tienen su riesgo. Es por ello que existe un tercer producto que trata de minimizar el riesgo repartiendo el dinero entre distintas combinaciones de valores de renta fija o renta variable: los fondos de inversión. Así, un ejemplo de renta fija podría ser un fondo de inversión que combinara renta fija española, francesa y alemana. Un ejemplo de renta variable podrían constituirlo un fondo de inversión que combinara acciones de La Caixa, Repsol y Movistar, etc.
Las alternativas dependerán del riesgo que quiera asumir el inversor, pero para reducir aún más el riesgo, algunos de estos fondos garantizan total o parcialmente lo invertido hasta una fecha pactada.
2. Las deudas
Con independencia de nuestros ingresos o riqueza, es prácticamente imposible pasar toda la vida sin pedir dinero prestado para, por ejemplo, adquirir una vivienda o un coche, viajar o hacer mejoras en casa. A efectos prácticos, la deuda es lo contrario del ahorro. Si ahorro supone consumo futuro gracias a los ingresos presentes, endeudarse implica lo contrario.
Una deuda es una obligación de pago que se contrae con la intención de realizar un consumo presente gracias a ingresos futuros.
Endeudarse proporciona disposición inmediata de dinero, y así nos permite aumentar el poder adquisitivo, solucionar emergencias o mejorar el nivel de vida. Pero a diferencia del ahorro, que también posibilita todo eso con recursos propios, la deuda es dinero ajeno que hay que devolver. Las contrapartidas de utilizar dinero ajeno en lugar de dinero propio son las siguientes:
- Sobrecargan el presupuesto familiar en su categoría más prioritaria: los gastos fijos obligatorios.
- Tienen su coste en forma de interés, comisiones y otros gastos.
2.1. Gestión del endeudamiento
El principal objetivo a la hora de gestionar una deuda es mantener su coste a niveles asequibles para el presupuesto de cada persona. El coste más importante es el interés. Este se mide en forma de porcentaje y representa el tanto por ciento que cuesta disponer del dinero ajeno. Por ejemplo, si se prestan 100 € al 5 % de interés, el prestatario recibe 100 €, pero tendrá que devolver 105 € al prestamista.
El interés es el coste de alquilar dinero ajeno.
El tipo de interés puede ser fijo o variable:
- El interés fijo es el que se mantiene igual durante la vida del préstamo.
- El interés variable sube o baja a lo largo de la vida del préstamo, ya que están vinculados a un tipo de referencia. El más habitual en las operaciones hipotecarias es el Euríbor.
Ya sea fijo o variable, al tipo de interés de un préstamo se le denomina interés nominal, pero este porcentaje solo mide el coste de alquilar el dinero sin tener en cuenta que las entidades financieras también cobran comisiones y gastos.
Para tener una medida global del coste del préstamo se utiliza la Tasa Anual Equivalente (TAE).
La TAE es un indicador que mide el coste global de un préstamo, puesto que integra en un solo indicador todos los gastos de la operación.
La TAE es una tasa bastante compleja de calcular que integra en un solo indicador los intereses las comisiones y los gastos, al tiempo que tiene en cuenta el plazo de devolución del préstamo.
2.2. El préstamo
Aunque recibe nombres diferentes según las condiciones en las que se adquiere, lo que subyace debajo de cualquier deuda es un contrato de préstamo.
Mediante el contrato de préstamo un prestamista, normalmente una entidad financiera, pone a disposición de un prestatario una cantidad determinada de dinero que será reembolsada de acuerdo con unas condiciones pactadas.
En general, la devolución del dinero prestado se realizará en un número de cuotas mensuales que incluirán lo acordado en lo que respecta a comisiones, intereses y otros gastos.
Términos asociados a un contrato de préstamo.
2.3. Deudas más habituales
Las principales opciones para obtener dinero prestado se recogen en la Tabla 6.5:
Tipos de deuda más habituales.
2.4. Calidad y nivel de endeudamiento
Es posible clasificar las deudas en atención a nuestra capacidad para asumirlas
Calidad de la deuda.
Nivel de endeudamiento recomendable. Los pagos mensuales por las deudas acumuladas, hipoteca aparte, no deberían exceder del 15-20% de los ingresos mensuales.
3. El contrato de seguro
El riesgo está siempre presente en la vida de las personas
tanto a nivel profesional como personal. Para protegernos frente a las
consecuencias de los riesgos es por lo que contratamos un seguro. Al hacerlo transferimos esos riesgos a
un tercero, una compañía aseguradora, en
la medida en que será ella quien indemnice total o parcialmente el daño que se
pueda producir si ocurre el suceso o la contingencia previsto en el contrato de
seguro.
El seguro es un contrato mediante el cual, a cambio de una prima, un asegurador se compromete, en caso de que se produzca una contingencia o siniestro, a indemnizar a un tercero.
Los seguros se clasifican en dos grandes bloques: los seguros de personas y los seguros contra daños. El lenguaje de los seguros tiene varios términos que conviene conocer y que se recogen en la siguiente tabla.
Hay cuatro figuras que intervienen en el contrato de
seguro que debemos conocer.
3.1. Seguros de personas
Los más importantes son los seguros de vida, aunque también existen otros que deben conocerse:
- Seguros de vida. Se contratan para disminuir el impacto económico de ciertos acontecimientos sobre la vida de las personas. En el contrato más habitual de este tipo el asegurador se obliga, en caso de fallecimiento del asegurado, a pagar al beneficiario la cantidad de dinero pactada.
- Otros seguros de personas. Cubren los
gastos que se derivan de ciertas circunstancias que afectan a la integridad
corporal o el estado de salud.
Estos son otros seguros de personas.
3.2. Seguros contra daños
Son los que recaen sobre los bienes o sobre el patrimonio de las personas.
- Seguro de hogar. Cubre los daños materiales en el hogar, como los desperfectos causados por el agua, cristales rotos o un incendio. Pero también cubre la responsabilidad civil originada por daños o lesiones que se puedan causar a otras personas o a sus bienes desde la vivienda del asegurado, como por ejemplo la caída de objetos desde las ventanas o balcones, dejar un grifo abierto que inunde un piso inferior, etc.
- Seguro obligatorio de vehículos a motor. Este seguro cubre los daños causados por el conductor a terceros (es decir, a otras personas) con independencia de quién sea el propietario.
- Seguro de responsabilidad civil. El objetivo de este seguro es proteger el patrimonio de las personas por la responsabilidad que pudiera derivarse por daños y perjuicios a terceros.