1. Una declinación es, simplemente, un conjunto de desinencias casuales (en singular y plural): los morfemas de los casos varían según en qué acabe el lexema del sustantivo o adjetivo a que se unen. En esta LECTIO hemos visto las desinencias de los temas en -a (1ª declinación, que agrupa a sustantivos mayoritariamente femeninos) y en -o (2ª declinación, que acoge sustantivos casi siempre masculinos y neutros). Los adjetivos se declinan también: en esta LECTIO nos hemos detenido en los del llamado 1º tipo, que siguen las dos declinaciones ya mencionadas, repartidas entre las tres terminaciones (-us, -a, -um) que pueden presentar (-us y –um siguen la 2ª declinación masculina y neutra, respectivamente, mientras que –a sigue la 1ª).

 2. El verbo es una clase de palabra compleja, ya que aporta mucha información: nos dice quién, cuándo, cómo, cuántos y desde qué punto de vista. Respecto del verbo latino, tenemos la ventaja de que nuestras lenguas, al descender del latín, en esta clase de palabras no se apartan mucho del origen: la estructura de personas, tiempos y modos está bastante bien conservada, aunque no es idéntica.

 Con todo, como se dice en el texto de la LECTIO, de momento solo tenemos que preocuparnos de reconocer lo siguiente en las secuencias que traduzcamos:

a) las seis personas verbales, mediante sus desinencias (-o/-m, -s, -t, -mus, -tis, -nt)

b) tres tiempos verbales: el presente, el pretérito imperfecto y el futuro imperfecto de indicativo. Nuestro consejo es que, en lugar de memorizar los paradigmas de los tres tiempos en las cuatro conjugaciones, emplees los trucos que se explican en la LECTIO. Para el verbo SVM, que es irregular, hay que aprender los tres tempos verbales sin más, teniendo en cuenta que dos de ellos (el presente y el pretérito imperfecto) son muy semejantes a sus resultados actuales en gallego y castellano (sobre todo el imperfecto).

 

3. El latín, como gallego y castellano, tiene una serie de clases de palabras invariables: adverbios, preposiciones y conjunciones:

a) las preposiciones que manejaremos serán cinco (aunque el latín posee más) tal y como aparecen en la LECTIO. Conviene prestar especial atención a in, ya que puede regir dos casos distintos, y su significado es diferente en cada ocasión: con AC se traduce "a" o "hacia", mientras con AB su traducción es "en".

b) en cuanto a las conjunciones, solo trabajaremos con tres de las copulativas (de nuevo, el latín tiene bastantes más): et, atque y -atención-, la enclítica -que. Esta última aparece siempre pegada a una palabra, pero su valor copulativo se aplica justo antes de ella: Romulus Remusque ("Rómulo y Remo").

4. El verbo, como ya hemos dicho en alguna ocasión, es la base alrededor de la que se construye una unidad básica en las secuencias lingüísticas que producimos: la oración, tradicionalmente (y actualmente por muchos) llamada oración. Para comprender su estructura debemos tener presente lo siguiente:

a) el verbo mantiene una relación de mutua dependencia con otro constituyente, el SUJETO, en las oraciones predicativas, y con dos, el SUJETO y el ATRIBUTO, en las oraciones copulativas o atributivas. Esa relación se basa en la concordancia de número.

b) así, todos los demás constituyentes posibles deben integrarse en uno de los dos o tres constituyentes básicos: el Objeto Directo -excluido en las oraciones copulativas-, Indirecto, Complemento del Nombre, Complemento Circunstancial...

 5. La mecánica básica de traducción de las secuencias latinas incluye estos pasos:

a) identificación del verbo y de la persona en la que está, ya que eso nos dará la pista fundamental para identificar el elemento que está muy fuertemente relacionado con él: el Sujeto (SUJ).

b) análisis morfológico de todas y cada una de las palabras de la secuencia.

c) aplicación de la lógica de las relaciones sintácticas, y en este orden:

- búsqueda del SUJ a través de la terminación verbal (persona y número)

- búsqueda del Objeto Directo (OD) en las oraciones predicativas transitivas, o del Atributo (ATRB) en las oraciones copulativas.

- traducción, en primer lugar, del grupo SUJ-V-OD o SUJ-V-ATRB, según el caso.

- traducción del resto de complementos, teniendo siempre presente que:

* el Genitivo-Complemento del Nombre (GEN-CN) debe traducirse siempre mediante la preposición "de" y al lado de un sustantivo.

* el Dativo-Objeto Indirecto (DAT-OI) se debe traducir siempre con las preposiciones "a" o "para".

* el Ablativo-Complemento Circunstancial (ABL-CC) se traduce siempre mediante las preposiciones "en", "con" o "por", excepto que en la propia secuencia latina aparezca una preposición.

 6. La relación que los antiguos romanos tenían con sus dioses en la esfera pública era una versión a escala más grande de la que observaban en el ámbito privado: el Estado romano suplicaba el favor de los dioses mediante ofrendas. Eran muchas las divinidades objeto de culto, y a lo largo de los siglos Roma no tuvo problemas en importar dioses de otros lugares del Mediterráneo. Las deidades más veneradas en este nivel eran Júpiter, Juno y Minerva (la Tríada Capitolina), Marte, Saturno, Venus, Vesta, Diana, Mercurio, Baco, Ceres y Proserpina. Más tarde llegaron Apolo, Esculapio, Cibeles, el Genius Imperialis, Isis y Mitra; finalmente, hacia el s. IV d.C., el mundo romano se volvió cristiano, abandonando la antigua religión politeísta.

Pero antes de ese trascendental cambio, los romanos estaban acostumbrados a presenciar ceremonias públicas en las que diferentes clases de sacerdotes (personas que compaginaban esta función con otras actividades públicas, tanto civiles como militares, según el caso) se dirigían a los dioses para solicitar su apoyo en tal o cual empresa, llevando a cabo rituales que a veces eran bastante complejos. Los sacerdotes más importantes eran los augures, los pontífices, los flámines y las vírgenes vestales.

Con un panteón tan numeroso, el calendario romano estaba lleno de festividades religiosas, y la población tenía gran aprecio por varias de ellas, como las Parentalia, las Lupercalia, las Floralia o las Saturnalia. Y, aunque nos parezca que estamos ya muy lejos de aquellas prácticas, conviene recordar que cada día del calendario religioso católico está dedicado a uno o varios personajes llamados “santos”: en muchos casos, esas celebraciones cristianas fueron superpuestas a otras paganas anteriores.

Last modified: Sunday, 8 December 2019, 12:26 PM