El ejercicio físico puede ayudar a la activación cognitiva, del mismo modo que el café. Por lo tanto, las clases de educación física son una buena ocasión para enseñar otras materias. La profesora Joana ofrece un aprendizaje integrado de contenidos y lenguas combinando el vocabulario en inglés con la carrera de obstáculos. El alumnado compite en grupos por el vocabulario en inglés, mientras aprende a correr a través de obstáculos. También aprenden a utilizar códigos QR y a completar cuestionarios en línea. Joana prepara al alumnado para la clase a través de una tarea de aula invertida y supervisa los conocimientos del alumnado antes, al comienzo y al final de la clase para adaptar su enseñanza.
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El uso de estas aplicaciones en las clases tiene muchas ventajas, tanto para el alumnado como para el profesorado. El alumnado percibe toda la actividad como un divertido juego, cuando en realidad está aprendiendo y encontrando estrategias para evaluar sus resultados y mejorar su rendimiento. Como pueden comprobar y comparar sus resultados, se implicarán más en su propio proceso de aprendizaje y aumentará su competitividad.
«Las aplicaciones me ofrecen un resultado inmediato sobre las capacidades y conocimientos del alumnado. A veces, el resultado del cuestionario (evaluación formativa) me hace cambiar el plan que tenía en mente. Reflexiono sobre lo que está ocurriendo en ese momento y, más tarde, llevo a cabo mi propia evaluación del desarrollo de las clases y de los resultados del alumnado. De este modo, planifico mis clases teniendo en cuenta los conocimientos que el alumnado todavía no tiene y sus necesidades reales en ese momento, para que puedan disfrutar de experiencias de aprendizaje significativas», dice la profesora Joana.
Joana quiere implementar las herramientas en línea en otras clases. «Creo que debo innovar en mis clases utilizando herramientas de la web 2.0, ya que he visto que el entusiasmo del alumnado es cada vez mayor. En la actualidad, los dispositivos tecnológicos están en el centro de la vida de los adolescentes. Por un lado, el alumnado estará más motivado y comprometido. Por otro lado, son ciudadanos del siglo XXI, y es deber del profesorado prepararlos para el entorno tecnológico al que tendrán que enfrentarse cuando salgan del centro educativo».