Don Quijote de la Mancha es el nombre que recibe el protagonista de la novela, un viejo hidalgo manchego (Alonso Quijano) que, debido a su afición a leer libros de caballerías, pierde el juicio hasta creerse él mismo un caballero andante. Con esta fantasía, el hidalgo sale de su casa en busca de aventuras.
El argumento de la novela se organiza en dos partes en las que tienen lugar tres salidas (dos en la primera parte y una en la segunda). Entre ambas partes se aprecia un paralelismo creativo.
Primera parte
- Primera salida. Capítulos 1 a 6. Tras preparar sus armas y buscar nombre para sí mismo, para su rocín (Rocinante) y para su amada ideal (Dulcinea del Toboso, una vecina del pueblo de al lado llamada en realidad Aldonza Lorenzo) Alonso Quijano sale solo. En una ceremonia burlesca celebrada en una venta es armado caballero. Tras varias aventuras en las que sale malparado, un vecino lo lleva de nuevo a casa, donde el cura y el barbero queman su biblioteca.
- Segunda salida. Capítulos 7 a 52. Sale acompañado de Sancho Panza, un labrador convertido en escudero, al que promete el gobierno del alguna ínsula. Se suceden diversas aventuras que suelen tener un final burlesco, a diferencia de lo que sucede en los libros de caballería. Algunos de los personajes que encuentran narran las famosas historias intercaladas, que siguen diversos modelos narrativos (La historia de Marcela y Grisóstomo., La historia de Cardenio y Luscinda, El curioso impertinente, El cautivo).
Segunda parte
Tiene lugar su tercera salida (Capítulos 1 a 74). Don Quijote y Sancho viajan hacia el Toboso, en busca de Dulcinea. Ahora los personajes que aparecen fingen vivir en un ambiente caballeresco para divertirse a costa de don Quijote y Sancho. Así sucede durante la estancia en el palacio de los Duques en Aragón (aventura de Clavileño y cuando Sancho es nombrado gobernador de la ínsula Barataria). Ya en Barcelona, don Quijote es derrotado por el Caballero de la blanca luna (en realidad el bachiller Sansón Carrasco) y regresa a su casa, donde muere rodeado de su familia y amigos no sin antes haber recuperado la cordura.