Durante el Renacimiento se acrecienta el número de lectores, lo que explica la gran variedad de géneros narrativos que proliferan en esta época con gran éxito. Confluyen a lo largo del siglo XVI tres modalidades:
- Continuación de formas narrativas de siglos anteriores, como los libros de caballerías o los relatos sentimentales.
- Imitación de los modelos clásicos e italianos: novela pastoril, novela bizantina y novela corta italiana.
- Aparición de nuevos géneros: picaresca y novela morisca.
Hay que tener en cuenta que, en la mayor parte de los casos, estas narraciones son breves o no tienen carácter autónomo. El término 'novela' (procedente del italiano 'novella') no tiene el significado que actualmente se le aplica a este género (narración extensa) sino que hace referencia a estos relatos cortos. Para narraciones más extensas se hablaba de historia, libro, tratado...
Además, dentro de esta prosa de ficción narrativa a lo largo del siglo XVI se desarrollan dos tendencias: las novelas idealistas, con predominio de la fantasía, las aventuras y los personajes idealizados; frente a las novelas realistas, que destacan por la recreación fidedigna de personajes y ambientes.