Del latín "mens", el término designa aquella entidad o sustancia distinta del cuerpo que se supone la causa de los procesos cognoscitivos y volitivos del sujeto . El término se ha considerado a menudo sinónimo de alma, espíritu o intelecto, a los que en ciertos contextos ha ido sustituyendo, aunque subrayándose su carácter de agente intelectual.
En la actualidad el dualismo psico-físico mente/cuerpo tiene pocos defensores, considerándose que los llamados procesos mentales pueden ser explicados apelando exclusivamente a la actividad del sistema nervioso, y especialmente del cerebro, en el caso de las filosofías materialistas, o no comprometiéndose con la afirmación de la existencia de una realidad exterior a la mente, cuyo conocimiento se deja "en suspenso", adoptando así una postura fenomenológica.