Su significado más general, que adquiere ya de forma clara con Aristóteles, es el de "lo que está debajo", lo que "permanece" bajo los fenómenos, lo "subsistente", que se define como lo que es "en sí" y no "en otro".
Descartes, sin embargo, la define como "aquello que existe de tal manera que no necesita de otra cosa para existir". Lo que existe "por sí mismo". En rigor, esta definición solo se podría aplicar a Dios, pero Descartes la aplica por analogía a las otras dos realidades que son independientes entre sí: la res cogitans y la res extensa.