Demóstenes pronuncia la tercera Filípica, destinada a la propaganda política en los estados neutrales y trata de convencer al pueblo de que Filipo está en una guerra no declarada con Atenas: toda Grecia está en peligro porque nadie ha parado los pies a Filipo. Recuerda con palabras patéticas cómo toda la Grecia se había opuesto al poder Persa. Todos, pues, a una deben unirse contra el peligro macedonio y para ello se deben enviar embajadores a todas las ciudades para aunar voluntades en contra del peligro común. Las palabras del orador tuvieron un efecto positivo y diversas ciudades volvieron entrar en la causa ateniense.


«Muchos, ¡oh atenienses!, son los discursos que se pronuncian casi en cada sesión de la Asamblea acerca de lo desafueros que, desde que concertó la paz, ha co metido Filipo tanto con vosotros como con los demás, y sé que todos reconocerían, aunque no actúen en consonancia, la necesidad de conseguir con discursos y obras que cese aquél en su insolencia y reciba su castigo; pero, no obstante, veo que se ha dejado agravarse de tal modo la situación general, que - temo que resulten malsonantes mis palabras, pero son ciertas -, aunque todos los oradores se hubieran propuesto aconsejar, y vosotros votar, de la manera más propia para empeorarlas, ni aun así creo que podrían haberse puesto las cosas peor de lo que están. Esto se debe probablemente a múltiples causas, y no se ha llegado a tal extremo por uno ni por dos hechos aislados; pero los principales culpables son si examináis rectamente la cuestión os daréis cuenta de ello - los que prefieren agradar a aconsejar bien [...]

¿Qué es lo que está haciendo Filipo? Él afirma que no se halla en guerra, pero yo estoy tan lejos de convenir en que, obran do así, se mantiene en paz con vosotros, que afirmo a mi vez que, al intervenir en Megara, instaurar tiranías en Eubea, marchar ahora contra Tracia, intrigar en el Peloponeso y hacer, valiéndose de su fuerza, todo cuanto lleva a cabo, viola con ello el tratado de paz y se halla en guerra con vosotros; […..]

»En cuanto a vosotros os digo que si empezáis hoy mismo a defenderos obraréis cuerdamente; mas si lo demoráis, cuando queráis hacerlo ya no os será posible. [….]

»Voy a deciros acto seguido por qué me inspira la situación tan serios temores, para que, si son acertados mis razonamientos, os hagáis cargo de ellos y os preocu péis algo al menos de vosotros mismos, ya que, según se ve, los demás no os importan; pero si mis palabras os parecen las de un estúpido o un charlatán, no me tengáis en lo sucesivo por persona normal ni volváis ahora ni nunca a hacerme caso.

Que Filipo, de modesto y débil que era en un principio, se ha engrandecido y hecho poderoso; que los helenos están divididos y desconfían unos de otros; que, si bien es sorprendente que haya llegado a donde está, habiendo sido quien fue, no lo sería tanto que ahora, dueño de tantos países, extendiera su poder sobre los restantes, y todos los razonamientos semejantes a éstos que podría exponer, los dejaré a un lado; pero veo que todo el mundo, comenzando por vosotros, le tolera lo que ha sido eterna causa de las guerras entre los helenos. ¿Qué es ello? Su libertad para hacer lo que quiera, expoliar y saquear de este modo a todos los griegos uno por uno, y atacar a las ciudades para reducirlas a la servidumbre.

DEMÓSTENES, Tercera Filípica


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