Dálle marcha!

O tempo da vida tradicional era máis pausado e non se entendía a présa á que nos sometemos hoxe. Tamén a música, especialmente os romances e os cantos narrativos, requiría o seu vagar. Escribimos a letra en versos de 16 sílabas, aínda que se poderían dividir en dous octosílabos. 

Este romance vello, pertencente ao Romanceiro tradicional hispánico, foi recollido por Casto Sampedro en 1903 en Cuñas, A Pena (Cenlle, Ourense):

A volta do navegante

partitura do romance "A volta do navegante"

Siete años en la guerra todos siete a peleare.

Le pedí licencia al Conde y no me la quiso dare,

le pedí a Dios del cielo y me dijo que vería.

 Con licencia, sin licencia, eché manos a remare.

Llegué a altos palacios onde dejara a mi madre.

¿Oh, qué caballero es este tan cortés en su falare!

!O eres hijo del conde o del rey de Portugale!

Yo no soy hijo del conde ni del rey de Portugale,

que soy su hijo, señora, que soy su hijo carnale.

Para seres tú mi hijo más señales me has de dare.

Yo se las daré, mi madre, que las traigo pra le dare:

¿Dónde va mi anillo de oro que traía n’el pulgare?

Pues ese anillo de oro lo guardo en mi del-ant-ale;

mas si tú fueras mi hijo más señales me habías dare.

Yo se las daré, mi madre, que las traigo pra le dare:  

¿Dónde va el caballo blanco que tenía pra montare?

Pues ese caballo blanco ahí está pra se le dare

mas si tú fueras mi hijo más señales me habías dare.

Yo se las daré, mi madre, que las traigo pra le dare:

¿Dónde va mi amor primero que se llama Guiornare?

Hoy se publican las bodas, mañna se van casare

¿Adónde, mi madre, adónde? que las voy a conturbare.

Llegaron a altos palacios donde estaba Guiomare.

¿Qué quería el caballero que a la puerta está a petare?

Que soy primo de la novia y con ella quiero hablare.

La novia está encerrada y no se puede enseñare,

mañanita de mañana conmigo se va a casare.

Pues antes de que eso sea yo la hei de visitare;

monedas traigo de oro y las puedo adelantare.

El novio, tan cobizoso, lo llevó donde Guiomare.

Ella, luego que lo vio, al cuello le fue abrazare,

y entre abrazos y besos no los pueden separare,

que los amores primeros no se pueden olvidare.