TEMA 5: La Planificación financiera

1. El ahorro



El dinero es una de las preocupaciones de cualquier persona. Sin embargo, el dinero no es ilimitado. No solo cuesta mucho ganarlo sino que además siempre disponemos de menos del que quisiéramos.

Para no tener preocupaciones de dinero las personas tratamos de minimizar gastos y de maximizar ingresos. Pero esto último no es tan sencillo porque el volumen de ingresos no suele depender de uno mismo. En cambio, lo que sí depende de nosotros es planificar y ahorrar para tener el dinero en el futuro.

El ahorro es la parte de nuestros ingresos que no consumimos. Es el consumo futuro que realizaremos gracias al ingreso presente. Lo contrario del ahorro es la deuda. La deuda es consumo presente gracias al ingreso futuro


 1.1. Motivos para ahorrar

El dinero ahorrado es sinónimo de tranquilidad en la medida que permite disponer de dinero para:

  • Atender emergencias o imprevistos. Tales como enfermedades, accidentes, averías o reparaciones en el hogar.
  • Hacer planes futuros. Se trata de objetivos concretos, tales como comprarse un coche, viajar o costear los estudios de los hijos.
  • No tener deudas. Y es que sin ahorro es posible que tengamos que pedir prestado para salir de una situación imprevista.
  • Evitar malvender inversiones. Ya que puede ser necesario vender propiedades u otros bienes por debajo del valor deseado.
  • Anticiparse a situaciones laborales indeseadas. La pérdida del trabajo podríamos haberla incluido en la categoría de imprevistos, pero merece una especial atención porque el trabajo es con mucha frecuencia la fuente de ingresos más importante para las personas, cuando no la única. Todo ello sin contar con el contexto laboral: sobre todo en tiempos de crisis, cualquier trabajador debería anticiparse a la posible pérdida de su puesto de trabajo.

 1.2. ¿Cuánto hay que ahorrar?

Todos podemos ahorrar, pero no todos necesitamos ahorrar lo mismo. Las circunstancias personales y económicas condicionan la cuantía a ahorrar. En ese sentido, las consideraciones más relevantes suelen girar en torno a:

  • La estabilidad de los ingresos. La estabilidad laboral suele ser un factor de primer orden y en ese sentido lo ideal es ser funcionario, pero no todos podemos acceder a la función pública que, además, está lejos de ser el empleo mejor remunerado.
  • La riqueza patrimonial. En general, quienes tienen más propiedades sufren menos preocupaciones, pero tener muchos bienes no significa tener la vida resuelta. Si los bienes no generan renta suficiente para su propietario en forma alquileres o dividendos, ciertas situaciones pueden llevar a venderlos por debajo del valor de mercado o, en todo caso, del valor deseado.
  • La salud. Quien no goza de buena salud puede necesitar más dinero para pagar la asistencia sanitaria y los gastos farmacéuticos que no cubra el sistema público de salud.

 

Se considera razonable destinar un 10 % de los ingresos al ahorro mensual, aunque cualquier cantidad vale: 10 € al mes de ahorro son 120 € al año, 360 € en tres años, etc.