Definición: La definición extensa de texto narrativo es aquel texto en el que unos personajes llevan a cabo una serie acciones en un espacio y en un tiempo determinado.

Vemos Más allá de Aquila de Death, Love and Robots.

Esto se puede resumir en que un texto narrativo es aquel en el que hay acción.

Elementos del texto narrativo:

a) La acción: es aquello que sucede. Es imprescindible en el texto narrativo.

Pregunta: ¿qué sucede en el corto que acabamos de ver?

Dentro de la acción podemos distinguir lo siguiente:

a.1) Conflicto: Es lo que mueve la acción. Simplificando un poco, el conflicto puede ser un choque de intereses entre dos o más personajes o un personaje que quiere obtener algo de la sociedad o la Naturaleza y tiene que luchar por ello.

Pregunta: ¿cuál es el conflicto que mueve la acción en el corto que acabamos de ver?

a.2) Estructura: Son las partes del texto narrativo. La podemos dividir en:

a.2.1) Planteamiento: se presenta a los personajes, el conflicto, el espacio y el tiempo.
a.2.2) Nudo: Son el grueso de las peripecias.
a.2.3) Desenlace: Cierra la historia.

Pregunta: divide en partes el corto que hemos visto.

Dentro de la estructura distinguimos:

- la historia: son los acontecimientos ordenados lógica y cronológicamente.
- el relato: es el modo en que estos acontecimientos se le presentan al lector o al espectador. Pueden coincidir con la historia o no.

Vemos Buena Caza de Death, de Love and Robots.

Pregunta: ¿en el corto que acabamos de ver los acontecimientos están ordenados lógica y cronológicamente o no? Justifica tu respuesta.

b) los personajes: son los que llevan a cabo la acción.

Por su importancia en la trama podemos distinguir entre:

- protagonista: es el personaje más importante de la historia.
- antagonista: es el que se enfrenta al protagonista. No tiene por qué ser un ser humano, a veces puede ser la sociedad, la naturaleza, etc...
- principales: no son tan importantes como el protagonista, pero sin ellos la historia lo tendría sentido.
- secundarios: son personajes que aparecen en la historia, pero cuya importancia relativa.
- fugaces: son personajes que apenas tienen importancia, que sólo salen momentáneamente en la historia y desaparecen. Aunque los suprima amos, la historia sigue teniendo sentido y prácticamente no se resiente.
Pregunta: clasifica los personajes que aparecen en el corto que hemos visto.

De acuerdo a su caracterización, los personajes pueden ser:

- planos: no evoluciona en la historia y su personalidad puede reducirse a uno o dos rasgos.
- redondos: evolucionan y son personalidades complejas con aristas.

Pregunta: ¿cómo son los personajes en el corto que hemos visto?

Vemos La testigo de Love, Death and Robots.

c) el tiempo: distinguimos entre:

c.1) tiempo externo: es el momento histórico en el que tiene lugar la historia. Puede estar ambientado en el pasado, en el presente o, en el caso de historias de ciencia-ficción, en el futuro. Incluso se pueden inventar momentos históricos ficticios como por ejemplo Star Wars, El Señor De los anillos o Juego de tronos.

Pregunta: ¿en qué momento histórico tiene lugar la acción del correcto que hemos visto?

c.2) tiempo interno: los acontecimientos narrados suceden durante un cierto periodo de tiempo y siguen un determinado orden.
En los textos narrativos que se juega mucho con el tiempo. Esto da lugar a diversas alteraciones:

c.2.1) alteraciones en el orden: podemos contar una historia siguiendo el orden cronológico o no. En caso de que no lo hagamos, puede haber:
c.2.1.1) analepsis (que son saltos hacia el pasado).
c.2.1.2) prolepsis (que son hacia el futuro).

Pregunta: ¿hay alteraciones de orden en el corto que hemos visto? En caso de que sea así, señálalas y explícalas.

c.2.2) Alteraciones en la duración: el lapso de tiempo que duran los acontecimientos narrados no tiene porque coincidir con el tiempo que tardan en contárnoslo. Las alteraciones en la duración pueden ser:

c.2.2.1) resumen: se cuenta con pocas palabras o imágenes algo que tardó mucho más tiempo suceder.
Pregunta: ¿encuentras algún resumen en el corto que hemos visto? Señálalos y explícalos.

c.2.2.2) elipsis: nos saltamos aquello que no es importante.Pregunta: ¿encuentras alguna elipsis en el corto que hemos visto? Señálalas y explícalas.

c.2.2.3) escena: dura lo mismo lo que nos cuentan que no tardó en suceder. En fin en casi todos son escenas. En cine es la cámara rápida, las dobles pantallas, time lapse o transiciones superpuestas.

Pregunta: señala algunas escenas de corto que hemos visto.

c.2.2.4) pausa: tarda más en contárnoslo que lo que tardaría en pasar. En cine es la cámara lenta.

Pregunta: ¿hay alguna pausa en el corto que hemos visto? Señálalas y explícalas.

d) el espacio: los acontecimientos sucede en algún lugar.

Pregunta: ¿en qué espacio tiene lugar la historia que hemos visto?

e) el narrador: es la voz que nos cuenta la historia. No hay que confundirlo con el autor. El autor es el que crea a la historia. Puede ser él el que nos la cuente o puede inventarse a un personaje que lo haga.
En cine no suele haber narrador. Cuando oímos una voz que no es la de los personajes hablando y que nos está comentando o contando la historia, le llamamos voz en off y es más o menos lo que podríamos identificar con el narrador.

Pregunta: ¿Hay voz en off en alguno de los cortos que hemos visto?

Ahora vamos a trabajar un poco con un texto narrativo escrito:

Leemos Vecinos de Carver.

 

Bill y Arlene Miller eran una pareja feliz. Pero de vez en cuando se sentían que solamente ellos, en su círculo, habían sido pasados por alto, de alguna manera, dejando que Bill se ocupara de sus obligaciones de contador y Arlene ocupada con sus faenas de secretaria. Charlaban de eso a veces, principalmente en comparación con las vidas de sus vecinos Harriet y Jim Stone. Les parecía a los Miller que los Stone tenían una vida más completa y brillante. Los Stone estaban siempre yendo a cenar fuera, o dando fiestas en su casa, o viajando por el país a cualquier lado en algo relacionado con el trabajo de Jim.

Los Stone vivían enfrente del vestíbulo de los Miller. Jim era vendedor de una compañía de recambios de maquinaria, y frecuentemente se las arreglaba para combinar sus negocios con viajes de placer, y en esta ocasión los Stone estarían de vacaciones diez días, primero en Cheyenne, y luego en Saint Louis para visitar a sus parientes. En su ausencia, los Millers cuidarían del apartamento de los Stone, darían de comer a Kitty, y regarían las plantas.

Bill y Jim se dieron la mano junto al coche. Harriet y Arlene se agarraron por los codos y se besaron ligeramente en los labios.

—¡Divertíos! —dijo Bill a Harriet.

—Desde luego —respondió Harriet—. Divertíos también.

Arlene asintió con la cabeza.

Jim le guiñó un ojo.

—Adiós Arlene. ¡Cuida mucho a tu maridito!

—Así lo haré —respondió Arlene.

—¡Divertíos! ―dijo Bill.

—Por supuesto —dijo Jim sujetando ligeramente a Bill del brazo—. Y gracias de nuevo.

Los Stone dijeron adiós con la mano al alejarse en su coche, y los Miller les dijeron adiós con la mano también.

—Bueno, me gustaría que fuéramos nosotros —dijo Bill.

—Bien sabe Dios lo que nos gustaría irnos de vacaciones —dijo Arlene. Le cogió del brazo y se lo puso alrededor de su cintura mientras subían las escaleras a su apartamento.

Después de cenar Arlene dijo:

—No te olvides. Hay que darle a Kitty sabor de hígado la primera noche.

Estaba de pie en la entrada a la cocina doblando el mantel hecho a mano que Harriet le había comprado el año pasado en Santa Fe.

Bill respiró profundamente al entrar en el apartamento de los Stone. El aire ya estaba denso y era vagamente dulce. El reloj en forma de sol sobre la televisión indicaba las ocho y media. Recordó cuando Harriet había vuelto a casa con el reloj; cómo había venido a su casa para mostrárselo a Arlene meciendo la caja de latón en sus brazos y hablándole a través del papel del envoltorio como si se tratase de un bebé.

Kitty se restregó la cara con sus zapatillas y después rodó en su costado pero saltó rápidamente al moverse Bill a la cocina y seleccionar del reluciente escurridero una de las latas colocadas. Dejando a la gata con su comida se dirigió al baño. Se miró en el espejo y a continuación cerró los ojos y volvió a mirarse. Abrió el armarito de las medicinas. Encontró un frasco con pastillas y leyó la etiqueta: Harriet Stone. Una al día según las instrucciones, y se la metió en el bolsillo. Regresó a la cocina, sacó una jarra de agua y volvió al salón. Terminó de regar, puso la jarra en la alfombra y abrió el aparador donde guardaban el licor. Del fondo sacó la botella de Chivas Regal. Bebió dos veces de la botella, se limpió los labios con la manga y volvió a ponerla en el aparador.

Kitty estaba en el sofá durmiendo. Apagó las luces, cerrando lentamente y asegurándose de que la puerta quedara cerrada. Tenía la sensación de que había dejado algo.

—¿Qué te ha retenido? —dijo Arlene. Estaba sentada con las piernas cruzadas, mirando televisión.

—Nada. Jugando con Kitty —dijo él, y se acercó adonde estaba ella y le tocó los senos.

—Vámonos a la cama, cariño —dijo él.

Al día siguiente Bill se tomó solamente diez minutos de los veinte y cinco permitidos en su descanso de la tarde y salió a las cinco menos cuarto. Estacionó el coche en el estacionamiento en el mismo momento que Arlene bajaba del autobús. Esperó hasta que ella entrara al edificio, entonces subió las escaleras para alcanzarla al descender del ascensor.

—¡Bill! Dios mío, me has asustado. Llegas temprano —dijo ella.

Se encogió de hombros. No había nada que hacer en el trabajo —dijo él. Le dejó que usara su llave para abrir la puerta. Miró a la puerta al otro lado del vestíbulo antes de seguirla dentro.

—Vámonos a la cama —dijo él.

—¿Ahora? —rió ella—. ¿Qué te pasa?

—Nada. Quítate el vestido —la agarró toscamente, y ella le dijo:

—¡Dios mío! Bill.

Él se quitó el cinturón. Más tarde pidieron comida china, y cuando llegó la comieron con apetito, sin hablarse, y escuchando discos.

—No nos olvidemos de dar de comer a Kitty —dijo ella.

—Estaba en este momento pensando en eso —dijo él—. Iré ahora mismo.

Escogió una lata con sabor a pescado, después llenó la jarra y fue a regar las plantas. Cuando regresó a la cocina, la gata estaba arañando su caja. Le miró fijamente antes de volver a su caja. Bill abrió todos los gabinetes y examinó las comidas enlatadas, los cereales, las comidas empaquetadas, los vasos de vino y de cóctel, las tazas y los platos, las cacerolas y las sartenes. Abrió el refrigerador. Olió el apio, dio dos mordiscos al queso, y masticó una manzana mientras caminaba al dormitorio. La cama parecía enorme, con una colcha blanca de pelusa que cubría hasta el suelo. Abrió el cajón de una mesilla de noche, encontró un paquete medio vació de cigarrillos, y se los metió en el bolsillo. A continuación se acercó al armario y estaba abriéndolo cuando llamaron a la puerta. Se paró en el baño y tiró de la cadena al ir a abrir la puerta.

—¿Qué te ha retenido tanto? —dijo Arlene—. Llevas más de una hora aquí.

—¿De verdad? —respondió él.

—Sí, de verdad —dijo ella.

—Tuve que ir al baño —dijo él.

—Tienes tu propio baño —dijo ella.

—No me pude aguantar —dijo él.

Aquella noche volvieron a hacer el amor.

Le había pedido a Arlene que le despertara por la mañana. Se dio una ducha, se vistió, y preparó un desayuno ligero. Trató de empezar a leer un libro. Salió a dar un paseo y se sintió mejor. Pero después de un rato, con las manos todavía en los bolsillos, regresó al apartamento. Se paró delante de la puerta de los Stone por si podía oír a la gata moviéndose. A continuación abrió su propia puerta y fue a la cocina a coger la llave.

En su interior parecía más fresco que en su apartamento, y más oscuro también. Se preguntó si las plantas tenían algo que ver con la temperatura del aire. Miró por la ventana, y después se movió lentamente por cada una de las habitaciones considerando todo lo que se le venía a la vista, cuidadosamente, un objeto a la vez. Vio ceniceros, artículos de mobiliario, utensilios de cocina, el reloj. Vio todo. Finalmente entró en el dormitorio, y la gata apareció a sus pies. La acarició una vez, la llevó al baño, y cerró la puerta.

Se tumbó en la cama y miró al techo. Se quedó un rato con los ojos cerrados, y después movió la mano por debajo de su cinturón. Trató de acordarse qué día era. Trató de recordar cuándo regresaban los Stone, y se preguntó si regresarían algún día. No podía acordarse de sus caras o de la manera cómo hablaban y vestían. Suspiró y con esfuerzo se dio la vuelta en la cama para inclinarse sobre la cómoda y mirarse en el espejo.

Abrió el armario y escogió una camisa hawaiana. Miró hasta encontrar unos pantalones cortos, perfectamente planchados y colgados sobre un par de pantalones de tela marrón. Se mudó de ropa y se puso los pantalones cortos y la camisa. Se miró en el espejo de nuevo. Fue a la sala y se sirvió una bebida y comenzó a beberla de vuelta al dormitorio. Se puso una camisa azul, un traje oscuro, una corbata blanca y azul, zapatos negros de punta. El vaso estaba vacío y se fue para servirse otra bebida.

En el dormitorio de nuevo, se sentó en una silla, cruzó las piernas, y sonrió observándose a sí mismo en el espejo. El teléfono sonó dos veces y se volvió a quedar en silencio. Terminó la bebida y se quitó el traje. Rebuscó en el cajón superior hasta que encontró un par de medias y un sostén. Se puso las medias y se sujetó el sostén, después buscó por el armario para encontrar un vestido. Se puso una falda blanca y negra a cuadros e intentó subirse la cremallera. Se puso una blusa de color vino tinto que se abotonaba por delante. Consideró los zapatos de ella, pero comprendió que no le entrarían. Durante un buen rato miró por la ventana del salón detrás de la cortina. A continuación volvió al dormitorio y puso todo en su sitio.

No tenía hambre. Ella no comió mucho tampoco. Se miraron tímidamente y sonrieron. Ella se levantó de la mesa y comprobó que la llave estaba en la estantería y a continuación se llevó los platos rápidamente. Él se puso de pie en el pasillo de la cocina y fumó un cigarrillo y la miró recogiendo la llave.

—Ponte cómodo mientras voy a su casa —dijo ella. Lee el periódico o haz algo—. Cerró los dedos sobre la llave. Parecía ―dijo ella― algo cansado.

Trató de concentrarse en las noticias. Leyó el periódico y encendió la televisión. Finalmente, fue al otro lado del vestíbulo. La puerta estaba cerrada.

—Soy yo. ¿Estás todavía ahí, cariño? —llamó él.

Después de un rato la cerradura se abrió y Arlene salió y cerró la puerta.

—¿Estuve mucho tiempo aquí? —dijo ella.

—Bueno, sí estuviste —dijo él.

—¿De verdad? —dijo ella—. Supongo que he debido estar jugando con Kitty.

La estudió, y ella desvió la mirada, su mano estaba apoyada en el pomo de la puerta.

—Es divertido —dijo ella—. Sabes, ir a la casa de alguien más así—.  Asintió con la cabeza, tomó su mano del pomo y la guió a su propia puerta. Abrió la puerta de su apartamento.

—Es divertido —dijo él.

Notó hilachas blancas pegadas a la espalda del suéter y el color subido de sus mejillas. Comenzó a besarla en el cuello y el cabello y ella se dio la vuelta y le besó también.

—¡Jolines! —dijo ella—. Jooliines —cantó ella con voz de niña pequeña aplaudiendo con las manos—. Me acabo de acordar de que me olvidé real y verdaderamente de lo que había ido a hacer allí. No di de comer a Kitty ni regué las plantas. Le miró, ¿no es eso tonto?

―No lo creo —dijo él—. Espera un momento. Recogeré mis cigarrillos e iré contigo.

Ella esperó hasta que él cerrara con llave su puerta, y entonces se cogió de su brazo, más arriba del codo, y dijo:

—Me imagino que te lo debería decir. Encontré unas fotografías.

Él se paró en medio del vestíbulo.

—¿Qué clase de fotografías?

—Ya las verás tú mismo —dijo ella y le miró con atención.

—No estarás bromeando —sonrió él—. ¿Dónde?

—En un cajón —dijo ella.

—No bromeas —dijo él.

Y entonces ella dijo:

—Tal vez no regresarán —e inmediatamente se sorprendió de sus palabras.

—Es posible —dijo él—. Todo es posible.

—O tal vez regresarán y… —pero no terminó.

Se cogieron de la mano durante el corto camino por el vestíbulo, y cuando él habló casi no se podía oír su voz.

—La llave —dijo él—. Dámela.

—¿Qué? —dijo ella—. Miró fijamente a la puerta.

—La llave —dijo él—. Tú tienes la llave.

—¡Dios mío! —dijo ella—. Dejé la llave dentro.

—Él probó el pomo. Estaba cerrado con llave. A continuación intentó mover el pomo. No se movía. Sus labios estaban abiertos, y su respiración era dificultosa. Él abrió sus brazos y ella se le echó en ellos.

—No te preocupes —le dijo Bill al oído—. Por Dios, no te preocupes.

Se quedaron allí, quietos. Abrazados. Se apoyaron contra la puerta, como en contra de un viento, el uno en brazos del otro.

 

*     *     *
En textos narrativos escritos tiene obligatoriamente que haber narrador.

e.1) Por su conocimiento de la historia podemos clasificar al narrador en:
e.1.1) omnisciente: sabe absolutamente todo, lo que pasó, lo que piensan y sienten todos los personajes, etc.
e.1.2) parcial: este tipo de narrador suele estar pegado al punto de vista de un personaje y, por tanto, sólo sabe lo que sabe y siente un personaje
e.1.3) focalización cero o cámara cinematográfica: el narrador no saben nada de lo que sienten y piensan los personajes. Sólo se cuenta lo que vería como si fuese una cámara de cine.
e.2) por su participación en la historia del narrador puede ser:
e.2.1) externo: el narrador no participa en la historia.
e.2.3) interno: el narrador sí participa en la historia. Para ello tiene que ser uno de los personajes que aparezca en ella.

Pregunta: ¿Qué tipo de narrador tiene el cuento que acabamos de leer? Justifica tu respuesta.

Atendiendo la naturaleza de los acontecimientos y los personajes narrados, podemos distinguir entre historias reales, realistas, verosímiles e inverosímiles.


- una historia real se refiere a acontecimientos que sucedieron de verdad.
- una historia realista se refiere a acontecimientos que no tuvieron lugar en la vida real, pero que imitan la vida real.
- una historia verosímil se refiere acontecimientos que no tuvieron lugar en la vida real, pero que son creíbles. No suceden cosas absurdas sin sentido.
- una historia inverosímil es aquella en la que se suceden acontecimientos absurdos y sin sentido


No confundáis verosímil con fantástico. El Señor De los anillos, por ejemplo, en su historia verosímil. Una vez hemos aceptado que existen los elfos, los enanos y todas esas cosas que aparecen en este libro, todo los acontecimientos que tienen lugar en la historia son perfectamente creíbles. Una historia inverosímil sería, por ejemplo, una película de abogados en la que un abogado tiene que defender a su cliente de una acusación injusta y en el juicio final, de repente, sin que en ningún momento antes había sucedido nada fantástico, de repente el juez se pone a volar.


Pregunta: ¿las historias que acabamos de ver y leer son realistas, reales, verosímiles o inverosímiles? Justifica tu respuesta.

Última alteração: terça-feira, 14 de setembro de 2021 às 17:42