
Aprender para clase puede ser divertido … pero a veces no lo es. ¿Cómo te gusta aprender? Alfred, Tobias, Magnus y Julius de la escuela Buddinge, en Dinamarca, comparten sus opiniones en este breve vídeo. ¿Estás de acuerdo con ellos?
A muchos estudiantes no les gustan las pruebas. ¿A ti? ¿Crees que las notas son útiles? ¿Tus docentes te dejan también comentarios concretos sobre las tareas? Mira lo que piensan Alfred, Tobias, Magnus y Julius sobre las pruebas. En el vídeo, Julius dice que los comentarios de su docente le ayuda a saber qué hacer después. ¿Estás de acuerdo?
Este breve vídeo de animación muestra la utilidad de los comentarios de los compañeros sobre tu trabajo. ¿Te gusta recibir comentarios de esta forma? Las herramientas digitales también pueden hacerlo. ¿Crees que utilizar herramientas digitales te ayuda a conocer tu progreso?
Mira este breve vídeo sobre un pajarito que quiere aprender a volar. Todo lo que necesitaba para lograrlo eran algunas explicaciones adicionales. ¿Te viene a la mente alguna situación similar en la que un consejo o una opinión de un profesor, de tu familia o de un amigo te haya ayudado? ¿Quizá fuiste tú quien le hizo comentarios útiles a alguien?
Una buena retroalimentación puede ser muy motivador. ¿Pero cuándo es realmente útil? Los buenos comentarios se centran en la forma en la que has completado una tarea (p. ej., «has hecho muy bien esta tarea») y no en ti como persona (p. ej., «eres inteligente»). ¿Por qué crees que es así? Los buenos comentarios también te dan ideas concretas de lo que hacer después. ¿Estás de acuerdo?


Esta es la mejor parte de los comentarios: ¡puede ser bidireccional! Conocer tu opinión puede ser muy importante para tus docentes. ¿Te ha parecido útil alguna lección en concreto o tienes alguna idea sobre lo que tus docentes podrían hacer de forma diferente? Díselo. Muchos se alegrarán de tu interés y estarán encantados de recibir tus comentarios. Solo recuerda que los profesores son humanos y prefieren los comentarios motivadores y constructivos, ¡como todos!
La retroalimentación puede ayudarte a comprender mejor qué se te da bien y qué necesitas mejorar. La retroalimentación también te puede ayudar a conocer la forma en la que aprendes mejor. Descubrir por tu cuenta la mejor forma de aprender en vez de hacer solo lo que te dicen los demás da miedo, ¿verdad? Pero piénsalo: ¿quién sabe mejor que tú lo que tienes que hacer para progresar en tu aprendizaje?
Puede que ya tengas una idea de lo que te gusta hacer y de lo que se te da bien. Si no lo tienes claro, pregunta a tus amigos, familia o docentes. ¡Sus respuestas puede que te sorprendan! Empezar por tus puntos fuertes e intereses puede ayudarte también a hacer frente a los desafíos de aprendizaje que te parecen más difíciles. ¿Quién o qué te podría ayudar mejor?

Todos tenemos diferentes intereses, puntos fuertes y débiles. ¿Por qué no celebrar tus propios éxitos y los de tus compañeros?
Pero, ¿cómo mejorar en las asignaturas o temas en los que tienes dificultades? Quizá la forma en la que los aprendes no es la adecuada para ti. Todos aprendemos de forma diferente, así que, ¿por qué no pruebas una técnica diferente? Piensa en lo que te podría ayudar: ¿pedir más deberes al docente, encontrar las respuestas en línea o aprender con un amigo?
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También puede serte útil establecerte objetivos de aprendizaje claros. No solo decir «quiero ser mejor en matemáticas», sino «quiero entender los ejercicios de geometría de la clase de la semana pasada». ¿Quizás quieras apuntar tus objetivos en el calendario? Puedes hacerlo en línea, si lo prefieres.

Tú tienes la responsabilidad de tu propio aprendizaje; nadie puede aprender por ti. Está en tus manos decidir la forma en la que aprender mejor. Las personas con éxito piden ayuda constantemente y hacen muchas preguntas. Esa es una de las razones por las que tienen tanto éxito.